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La gente prefiere consumir el agua embotellada más que el agua de la llave por su sabor y calidad, ya que químicamente es buena y no contiene plomo, sin embargo, no es perfecta y tiene sus inconvenientes como son el tener que levantar y cambiar esos pesados botellones cada vez que el agua del garrafón se termina, hay mucha gente que evita tomar el último vaso de agua disponible ya que tendría que cambiar el botellón, además del problema de espacio disponible requerido para guardarlos.

El agua embotellada puede ser de buena calidad cuando se coloca en los garrafones, pero después de eso puede contaminarse, ya que el reservorio del dispensador de agua de botellón es abierto y el agua puede llegar a ponerse verde por las bacterias y algas que pudieran llegar a desarrollarse debido a que no cuenta con ningún tipo de protección, además de que está expuesto a cualquier cosa que se encuentre en el aire.

Otro factor es que el cuello del garrafón está sucio, debido a que la gente lo sostiene por el cuello para manejarlo y no es posible conocer en donde han estado esas manos anteriormente o que han agarrado.

Laboratorios independientes analizaron el agua contenida en garrafones colocados en enfriadores de agua para botellón y encontraron tantas bacterias en el agua que fue imposible cuantificarlas con el microscopio.

Otro factor es el costo del agua embotellada, ya que en ocasiones le cobran lo mismo que lo que paga por la gasolina, además de esto alrededor de una tercera parte del agua embotellada no proviene de fuentes naturales como los manantiales que le muestran en televisión, sino que es agua de la llave procesada y con ella se llenan los garrafones.

Centro de Aprendizaje del Agua